19 de noviembre de 2010

Vainilla ahogada en chocolate fundido.

Iluminado por la tenue luz.
Y con mis pasos resonando en el pasillo.
Sigo vivo, aunque me pregunto mi razón.

Quizá detrás de la esquina esté,
todo brille y el día vuelva a sonreír.
O puede que mi razón termine por la muerte.

Deseo y no sé que deseo. Quiero pero...
¿Qué quiero? ¿Te quiero?
Deseo saber si debo quererte.

Porque el sonido ya se va...
tus ecos oscurecen todo al partir.
Y muero... sin saber que hacer.

Así que corro para encontrarte.
Descubrir de nuevo aquello que me hace feliz.
Y ver que vida tengo al fin.

Aunque a pesar de todo y nada...
estático algo ojalá así seguirá.
Tus palabras; esperar que no se irán.

Porque son un faro, escondido y valorado.
Una perla en el mar, detrás del tiburón.
Y te quiero conservar; con mis palabras intentar.

Pienso sin pensar. Sueño pero...
No se si es el de verdad.
Dime con que sueñas, y entre los
dos algo mejor lograremos crear.

Y así aún rodeado por la inmensidad.
Mi locura perpetuarlo ojalá consiguiera lograr.
Tu apoyo, que hoy es mi verdad.

Ya que consigue dibujar un sendero,
por el cual logro andar...
Y espero que me lleve lejos,
cerca de ti, quizá para devolverte
todo eso y más.

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